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Los Mateos, ciudadanía y patrimonio

Estos días han acaparado espacio en los medios de comunicación por la presentación de quinientas alegaciones sobre el Plan General de Ordenación Urbana y realizando una asamblea de más de doscientos vecinos que han tomado parte en el debate de las mismas. Pedro Martínez es el secretario de la coordinadora de asociaciones Dignidad y Respeto que ha sabido aunar inquietudes y esfuerzos ciudadanos. Un tejido social constituido por el temor a que cerca de trescientas viviendas existentes en la falda del castillo de los Moros sean declaradas no existentes al ser considerado aquel enclave zona verde en el Plan. Al tiempo que reclaman un nuevo Plan más participativo.

Precisamente ahora se reivindica la recuperación de este bien de interés cultural (BIC) que fue proyectado por el ingeniero militar Juan Martín Cermeño Cermeño durante la época de Carlos III, consecuencia de la declaración de nuestra ciudad como capital del Departamento Marítimo del Mediterráneo. A pesar de tal designación resultaba alarmante la situación ruinosa de su defensa, por ello se le encomienda a Cermeño la elaboración de un plan de defensa que consistiría en cercar la ciudad y su arsenal con una muralla robusta y establecer castillos en los montes. Así se erigieron los castillos de Galeras y la Atalaya o el levantado sobre el llamado cerro de los Moros, de donde toma su nombre, que fue dirigido por el ingeniero croata Mateo Vodopich, nacido en Dubrovnik en 1716 y fallecido en Cartagena en 1787.

Vodopich estuvo bajo las órdenes de Sebastián Feringán en la construcción del Arsenal, al que luego sustituyó en su dirección. Ambos colaboraron en las obras de fortificación como las murallas de Carlos III siendo Mateo el arquitecto responsable del Real Parque de Artillería, cuyas obras comenzaron en 1777.

Sería muy interesante que prosperase la iniciativa de la plataforma CreCT y del Ayuntamiento para que volvamos a contar con un jardín botánico, restituyendo el destruido Real Jardín Botánico, dependiente del Hospital de Marina, a los pies del baluarte citado de Los Moros. Allí se cultivaron desde 1787 y durante dos décadas plantas medicinales para uso terapéutico y docente, centro que fue estudiado por el doctor Carlos Ferrándiz en un libro publicado en 1990. El citado hospital fue otra obra proyectada por Feringán con capacidad para atender hasta cuatro mil enfermos, como nos relata Alfonso Grandal en su obra 'Historia de Cartagena para principiantes'.

Los alumnos de la Escuela de Arquitectura de la UPCT se implicarían en su diseño, que sería todo un reconocimiento a una etapa brillante de la historia local, a la Ilustración misma, y no cabe duda que un recurso patrimonial interesante a disfrutar por todos.

El colectivo Rascasa

En el año 2005 publiqué en la editorial Corbalán 'Historia del movimiento vecinal de Cartagena y comarca' en el que dediqué unas líneas a la asociación Rascasa, gracias a la información que me proporcionó Diego Sánchez, un ciudadano ejemplar, siempre a pie de obra para colaborar junto a los más desfavorecidos que viven en las zonas marginadas de nuestro municipio. A mediados de los ochenta, maestros de educación de adultos iniciaron una interesante colaboración con las asociaciones vecinales y los colegios de Los Mateos y Lo Campano para luchar contra el alto absentismo escolar, constituyendo en cada barrio coordinadoras de colectivos de la zona para la realización de semanas culturales, campaña de matriculación de escolares o prevención en salud.

Este clima facilita el nacimiento de la coordinadora Rascasa, nombre que propuso el presidente de la asociación de vecinos de Los Mateos pues se trata de un pez de nuestro litoral cuyo hábitat principal son las rocas. Dotado de espinas que si lo tratas mal te puede pinchar pero da un buen caldo.

Finalmente la coordinadora se constituye en asociación para poder recibir subvenciones y contratar a personal con el objetivo fijado en la inserción laboral de los jóvenes con cursos sobre mantenimiento de edificios, comenzando quince alumnos, o la recuperación de la tradición vidriera de Santa Lucía, llegando a una treintena de chavales, constituyéndose parte de estos alumnos en empresa para la comercialización de sus manufacturas.

Prosigue Rascasa con sus talleres de búsqueda activa de empleo, acciones de orientación para el empleo y el autoempleo o el acompañamiento en la incorporación al puesto de trabajo. Acciones que se complementan con otras como talleres de arte terapia, zumba, la reforestación del monte Calvario, gymkanas para descubrir los barrios que habitan, mesas redondas y dos ediciones de Anda con Rascasa, una marcha por los barrios de Santa Lucía, Los Mateos y Lo Campano para conocer, entre otras cosas el Museo del Vidrio, el castillo de los Moros o el Pinacho. Y porque forman parte de nuestro municipio.

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